Es un alucinante viaje de ida y vuelta. Hacia las estrellas en la nave espacial de Greg el astronauta y de vuelta a la tierra junto a la marciana Nía.
Como nadie nace aprendido (tampoco Nía y Greg por muy marciana y astronauta que sean), van a tener que enfrentarse a algún que otro inconveniente. Deberán resolverlo con el apoyo de los jóvenes exploradores que se atrevan a vivir aventuras siderales con ellos.
40 nada menos. Desde ayudar a Greg a sobrellevar la falta de gravedad, a reparar su nave o a rascarse la espalda —las espaldas siguen picando en el espacio, lo cual supone un problema cuando llevas un traje espacial—, hasta generar un sistema de comunicación entre Greg y Nía, conseguir que la marciana se adapte a nuestro planeta o lograr que pase desapercibida cuando se haga famosa. Porque Nía va a hacerse muy famosa.
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